lunes, 27 de marzo de 2017

Convicciones para un sistema impositivo justo



Es un síntoma de normalidad democrática la existencia de numerosas opciones políticas que permitan a los ciudadanos poder elegir aquella que mejor representa sus propias convicciones y de madurez que los ciudadanos actúen de acuerdo a ellas.




Asombra verdaderamente observar cómo, ante un proceso de toma de decisiones,  todo aquello que es fundamental en asuntos que nos afectan personalmente, deja de serlo cuando se trata de elegir a nuestros representantes políticos. Nos olvidamos de promesas incumplidas, de abandono de principios, de la apatía en la toma de decisiones.   




Debemos ser capaces de discernir la sinceridad de las propuestas y para ello es importante conocer los valores sobre los que se asientan. Es básico conocer si una propuesta es resultado natural de las convicciones y posiciones ideológicas de un partido, o por el contrario es la consecuencia de movimientos advenedizos de quién no tiene firmes valores que lo sustenten.




La pregunta es la siguiente: ¿Cuáles serían las convicciones sobre las que asentar unas propuestas en materia fiscal? Podemos destacar las siguientes:




1.- Reducir o eliminar impuestos para aumentar la renta disponible de los ciudadanos y de las empresas. En una economía dinámica el empleo los crea el sector privado. Por ello es básico considerar una reducción de la carga fiscal de las empresas, el fomento de la innovación empresarial y el impulso a medidas que supongan incremento de la plantilla.




2.- Protección de la familia. El apoyo a las familias debe articularse en medidas que reduzcan su carga fiscal, especialmente para familias numerosas, y favorezcan la conciliación de la vida personal y profesional. Aumentar los mínimos exentos por descendientes y ascendientes a cargo de la unidad familiar y aplicar tipos de IVA súper reducidos a ciertos artículos (como los pañales).




3.- Los impuestos deben tener un marcado carácter social en la defensa de los colectivos más desfavorecidos. Mediante la reducción de tipos impositivos y elevación del mínimo personal exento, favoreciendo a quienes menores ingresos perciben.




4.- Responsabilidad en la gestión de los fondos recaudados por los impuestos. Los fondos recaudados deben utilizarse para cubrir las necesidades de los ciudadanos y no para mantener estructuras burocráticas ineficientes ni para mantener la influencia política a través de otorgar generosas subvenciones a entidades que deberían mantenerse por sí mismas.




5.- Las leyes y normas fiscales deben ser:




- Sencillas. Debemos perseguir liquidaciones de impuestos sencillas que no ocupen más de dos folios.


- Homogéneas en todo el territorio nacional. No tiene cabida en un país de ciudadanos iguales el mantenimiento de normativas forales ni la disparidad en la fijación de tributos propios por las Comunidades Autónomas.


- Aplicables en todos los casos de la misma forma, no sujeta a interpretaciones, o albedríos.


- Confiables. No es de recibo que normas que se introdujeron con carácter excepcional se conviertan en definitivas ni que se aprueben normas con carácter retroactivo.


- Previsibles evitando modificaciones inesperadas con impacto en las decisiones de ciudadanos y empresas.




6.- Evitar la doble tributación. No es de recibo la existencia de tributos como el Impuesto sobre Sucesiones que grave rendimientos que ya han contribuido a las arcas públicas.




7.- Atención con quienes han contribuido durante su vida laboral al sostenimiento del Estado.  Es de ley reconocer la importancia que han tenido las personas jubiladas en el sostenimiento de familias azotadas por el paro, permitiéndolas disponer de la totalidad de la pensión recibida. Las pensiones deben de estar exentas de tributar en el IRPF.




8.- Fomentar la creación de empleo en el país. Si pensamos que quienes verdaderamente crean empleo son las empresas privadas, fomentemos también la contratación apoyando fiscalmente a empresas que aumentan su plantilla de trabajadores en el país.




Son las bases sobre las que asentar toda propuesta de búsqueda de un sistema fiscal justo, que proteja a familias y colectivos desfavorecidos, fomente la creación de empleo y la generación de riqueza.




Esta es mi opinión




Pablo Sáez Alonso-Muñumer


Vicesecretario del Consejo Político de VOX


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