domingo, 12 de febrero de 2017

En economía también importan los valores

En Política, como en otros ámbitos, la sinceridad en nuestras acciones está directamente relacionada con la fortaleza de nuestras convicciones. Curiosamente en el panorama político actual la defensa de valores y principios se considera actitudes del pasado mientras que la búsqueda de un centrismo tecnócrata y progresista sirve de guía de actuación de partidos que dicen representar a aquella parte de la sociedad española que no se identifica ni con los postulados de la izquierda y mucho menos con los del totalitarismo igualitario populista.

En nuestra vida, todos tendemos a alejarnos de quienes no actúan con sinceridad y tan solo buscan su propio interés. En Política no debe ser diferente y ello debe suponer un acicate importante para perseverar en el compromiso con opciones políticas que hacen de la defensa de los valores su principal motivo de existencia.

Son los valores y convicciones los que fundamentan las propuestas políticas.

La pregunta es la siguiente: ¿Cuáles serían las convicciones sobre las que asentar unas propuestas económicas? Podemos destacar las siguientes:

1.- Las economías que crecen en un mercado libre son las que generan más riqueza y bienestar al conjunto de la sociedad.

2.- Para que un mercado sea libre, debe existir una regulación mercantil que sea:

- Sencilla
- Conocida, previsible - que ofrezca seguridad jurídica
- Homogénea en todo el territorio que abarca el mercado
- Aplicada en todos los casos de la misma forma, no sujeta a interpretaciones, o albedríos

3.- La iniciativa económica la debe llevar el sector privado. El empleo, en un economía libre, eficiente y dinámica, lo crea el sector privado. Hablamos de tomar medidas que devuelvan el dinero y la iniciativa a los que mejor han gestionado la crisis, a los que generan valor y crecimiento: a las familias y a las empresas.

4.- La función del sector público es crear las condiciones adecuadas para que el sector privado se desarrolle de forma libre, vigilar que la regulación existente se respete, e intervenir sólo donde sea verdaderamente necesario y mientras no llegue el sector privado por sí solo. Las intervenciones del Estado deben ser vigiladas en todo momento para evitar su natural tentación de crecer y ocupar parcelas que no le pertenecen.

5.- El sector público debe ser lo más pequeño y eficiente posible; el sistema fiscal debe promover un nivel de recaudación suficiente para sostener un sistema público eficiente y redistribuir rentas de manera justa, sin llegar a ser nunca desincentivador de la actividad económica.

6.- El Estado del bienestar es un logro irrenunciable que se percibe incluso como un conjunto de derechos. Ahora bien, debemos redefinir el ámbito de actuación del Estado del bienestar, precisamente para garantizar su pervivencia. El mejor Estado del bienestar no es el que más prestaciones reparte, sino el que con más responsabilidad las concede, y a la vez, genera más condiciones para que menos personas las necesiten.

7.- Debemos trabajar para fomentar el espíritu emprendedor, en mejorar la imagen del empresario, en celebrar el éxito ajeno por sus favorables consecuencias para la sociedad, en presentar modelos de éxito empresarial, y en reducir la dependencia del Estado de individuos que no lo necesitan.

8.- Pensar en la formación y cualificación de los trabajadores. El Estado ha de favorecer una formación de calidad y práctica que permita adaptarse a los cambios del entorno económico y las nuevas necesidades derivadas de las nuevas tecnologías. Se debe facilitar la puesta en marcha de políticas activas de empleo, medidas de retención de talento y poner las bases para fomentar la investigación y la innovación.

9.- Un Estado responsable debe ser consciente de la situación del país. Las decisiones en materias tales como prestaciones sociales, empleo o inmigración deben ser tomadas pensando prioritariamente en los ciudadanos del país. En escenarios de escasez de recursos hay que priorizar. Es infantil pensar que los recursos son ilimitados y que podemos acometer todas las acciones que nos gustaría.

10.- Legislar pensando en sus ciudadanos, su presente y su futuro. Esta idea deberá ser premisa básica a la hora de acometer los retos que plantea el entorno económico y los acuerdos y compromisos del nuestro país.

Sobre estas convicciones debemos basar nuestras propuestas. Unas propuestas que buscan un Estado eficiente, donde los recursos públicos se dediquen a atender a quienes verdaderamente lo necesitan y donde la búsqueda del bienestar presente y futuro de los ciudadanos debe ser su principal objetivo.

Esta es mi opinión

Pablo Sáez Alonso-Muñumer

Vicesecretario del Consejo Político de VOX