lunes, 27 de marzo de 2017

Hay que eliminar el Impuesto sobre Sucesiones

Asistimos en estos días a una importante movilización ciudadana en contra del Impuesto sobre Sucesiones. Numerosos españoles se han “echado a la calle” para protestar contra un impuesto que consideran injusto y lo han hecho de forma individual, no de acuerdo a las consignas de partidos políticos o sindicatos. Reconforta asistir a este tipo de movilizaciones que demuestran que la sociedad española no se encuentra totalmente anestesiada.

Sorprende por otro lado ver las reacciones de los partidos políticos ante las movilizaciones y peticiones de quienes están protestando contra la existencia de este impuesto. Por un lado, encontramos las esperadas posiciones demagógicas de quienes pretenden justificar la existencia de este impuesto, no en base a la racionalidad de lo que se grava, sino en función del nivel de renta y valor de lo transmitido. Por otro, las reacciones de partidos políticos que gobiernan en ciertas Comunidades intentan aparecer como adalides en la lucha en contra del mismo cuando tan solo plantean una mayor o menor bonificación de la cuota. Por último, otros callan ante la realidad de que su propuesta de armonización no suponía más que un incremento del mismo y por tanto un aumento de la carga fiscal a muchos españoles.

España, es en términos de recaudación sobre el PIB, el cuarto país de la OCDE que más impuestos cobra a las herencias y transmisiones de patrimonio. La recaudación por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones estimada para el ejercicio 2016 asciende a 2.900 millones de euros, habiéndose mantenido, en la última década, en una media de 2.500 millones de euros.

Conocidas las cifras, lo verdaderamente importante es determinar si estamos ante un impuesto “justo” para lo que debemos tener en cuenta los siguientes argumentos.

1. Es un impuesto que perjudica a las familias al privar a los herederos de una parte de los frutos del esfuerzo de quien ha ahorrado e invertido pensando en mejorar la vida de los mismos.

2. Implica volver a pagar sobre bienes que ya han tributado durante años.

3. Porque supone gravar el mero hecho de fallecer.

4. Da lugar a la existencia de casos en los que los herederos renuncian a la herencia al no poder hacer frente al pago del mismo, el cual debe hacerse antes de tener la posibilidad de vender los bienes heredados.

5. Penaliza el ahorro y la inversión juiciosa realizada durante años por el transmitente.

En mi opinión, estamos ante un impuesto “injusto” y ante ello la única posición debe ser la de proponer su eliminación.

Pero no debemos quedarnos tan solo en la propuesta para su eliminación, hemos de reclamar que se lleve a cabo un análisis completo de la eficiencia y racionalidad de la estructura actual del Estado y de la necesidad de mantener unas administraciones autonómicas que son fuente de ineficiencia, desigualdad, duplicidad y despilfarro.

Esta es mi opinión.

Pablo Sáez Alonso-Muñumer
Vicesecretario del Consejo Político de Vox

Convicciones para un sistema impositivo justo



Es un síntoma de normalidad democrática la existencia de numerosas opciones políticas que permitan a los ciudadanos poder elegir aquella que mejor representa sus propias convicciones y de madurez que los ciudadanos actúen de acuerdo a ellas.




Asombra verdaderamente observar cómo, ante un proceso de toma de decisiones,  todo aquello que es fundamental en asuntos que nos afectan personalmente, deja de serlo cuando se trata de elegir a nuestros representantes políticos. Nos olvidamos de promesas incumplidas, de abandono de principios, de la apatía en la toma de decisiones.   




Debemos ser capaces de discernir la sinceridad de las propuestas y para ello es importante conocer los valores sobre los que se asientan. Es básico conocer si una propuesta es resultado natural de las convicciones y posiciones ideológicas de un partido, o por el contrario es la consecuencia de movimientos advenedizos de quién no tiene firmes valores que lo sustenten.




La pregunta es la siguiente: ¿Cuáles serían las convicciones sobre las que asentar unas propuestas en materia fiscal? Podemos destacar las siguientes:




1.- Reducir o eliminar impuestos para aumentar la renta disponible de los ciudadanos y de las empresas. En una economía dinámica el empleo los crea el sector privado. Por ello es básico considerar una reducción de la carga fiscal de las empresas, el fomento de la innovación empresarial y el impulso a medidas que supongan incremento de la plantilla.




2.- Protección de la familia. El apoyo a las familias debe articularse en medidas que reduzcan su carga fiscal, especialmente para familias numerosas, y favorezcan la conciliación de la vida personal y profesional. Aumentar los mínimos exentos por descendientes y ascendientes a cargo de la unidad familiar y aplicar tipos de IVA súper reducidos a ciertos artículos (como los pañales).




3.- Los impuestos deben tener un marcado carácter social en la defensa de los colectivos más desfavorecidos. Mediante la reducción de tipos impositivos y elevación del mínimo personal exento, favoreciendo a quienes menores ingresos perciben.




4.- Responsabilidad en la gestión de los fondos recaudados por los impuestos. Los fondos recaudados deben utilizarse para cubrir las necesidades de los ciudadanos y no para mantener estructuras burocráticas ineficientes ni para mantener la influencia política a través de otorgar generosas subvenciones a entidades que deberían mantenerse por sí mismas.




5.- Las leyes y normas fiscales deben ser:




- Sencillas. Debemos perseguir liquidaciones de impuestos sencillas que no ocupen más de dos folios.


- Homogéneas en todo el territorio nacional. No tiene cabida en un país de ciudadanos iguales el mantenimiento de normativas forales ni la disparidad en la fijación de tributos propios por las Comunidades Autónomas.


- Aplicables en todos los casos de la misma forma, no sujeta a interpretaciones, o albedríos.


- Confiables. No es de recibo que normas que se introdujeron con carácter excepcional se conviertan en definitivas ni que se aprueben normas con carácter retroactivo.


- Previsibles evitando modificaciones inesperadas con impacto en las decisiones de ciudadanos y empresas.




6.- Evitar la doble tributación. No es de recibo la existencia de tributos como el Impuesto sobre Sucesiones que grave rendimientos que ya han contribuido a las arcas públicas.




7.- Atención con quienes han contribuido durante su vida laboral al sostenimiento del Estado.  Es de ley reconocer la importancia que han tenido las personas jubiladas en el sostenimiento de familias azotadas por el paro, permitiéndolas disponer de la totalidad de la pensión recibida. Las pensiones deben de estar exentas de tributar en el IRPF.




8.- Fomentar la creación de empleo en el país. Si pensamos que quienes verdaderamente crean empleo son las empresas privadas, fomentemos también la contratación apoyando fiscalmente a empresas que aumentan su plantilla de trabajadores en el país.




Son las bases sobre las que asentar toda propuesta de búsqueda de un sistema fiscal justo, que proteja a familias y colectivos desfavorecidos, fomente la creación de empleo y la generación de riqueza.




Esta es mi opinión




Pablo Sáez Alonso-Muñumer


Vicesecretario del Consejo Político de VOX