domingo, 10 de julio de 2016

Déficit Público. Una historia de irresponsables y de sancionadores


La Comisión Europea ha acordado iniciar el expediente sancionador contra España por incumplir los objetivos de reducción del déficit público. Creo que, a la vista del reiterado incumplimiento por parte del Gobierno de España de los objetivos de déficit presentados en los diferentes Planes de Estabilidad,  esta decisión no puede sorprender a nadie.

No obstante la última palabra la tiene el Consejo, en el que se sientan los Gobiernos de los países miembros. La Comisión puede sugerir una multa (u otro tipo de medidas) pero la última palabra la tienen los gobiernos. Recordemos que la multa, en el peor de los casos puede ascender a casi 2.200 millones de euros (el 0,2% del PIB), y suponer la suspensión de parte de los fondos estructurales europeos.

En mi opinión, tanto las consideraciones políticas (muy importantes en un momento crítico para la Unión Europea tras el Brexit) como el indudable impacto que una multa puede tener sobre el ritmo de crecimiento de nuestro país, supondrá que veremos la exigencia de medidas adicionales de reducción del déficit sin concretarse sanción alguna ni impacto sobre los fondos estructurales.

Las medidas adicionales, ya se apunta por parte de la Comisión, seguirán un doble camino: la reforma del sector público, que considera insuficiente, y el sistema de pensiones, que ha generado un cuantioso déficit.

Reforma del sector público

Es desde luego urgente acometer la reforma del sector público con objeto de mejorar su eficiencia, racionalidad, dimensión y tomar las medidas para evitar duplicidades entre administraciones. En este punto siempre me ha llamado mucho la atención como se recomienda desde la Unión Europea racionalizar mientras las estructuras europeas (que también son sector público) crecen de forma desaforada sin que los ciudadanos podemos opinar sobre si estamos de acuerdo con ello.

Lamentablemente en este proceso no se oirá ninguna voz que diga alto y claro que el verdadero problema de España es de sobresaturación de administraciones públicas (locales, provinciales, autonómicas, centrales y europeas). No oiremos decir que una reforma que garantice la existencia de España como Nación, que garantice la eficiencia de su funcionamiento y que suponga un verdadero ahorro de gastos políticos, debe centrarse primero en la recuperación de competencias y luego en la eliminación de las autonomías.

Seguiremos asistiendo al bochornoso espectáculo de un gobierno incapaz de plantear medidas efectivas de control para garantizar los objetivos de déficit de las Comunidades Autónomas, inicialmente planteado en el 0,3% del PIB, revisado posteriormente y ampliado al 0,7% y que, según todos los expertos, va a ser incumplido. Hemos de recordar que en el año 2015 se el déficit se situó en un 1,66% del PIB frente a un objetivo inicial del 0,7%.


Reforma del sistema de pensiones

Es realmente indicativo de la clase política que tenemos el divorcio existente entre la comunidad académica y los partidos políticos con representación parlamentaria en el tema de las pensiones. Frente al consenso académico que habla de una demografía que ha desbordado en sistema de reparto, la reducción futura de las pensiones de mantenerse el actual sistema y la calificar el problema como estructural, lo políticos no escuchan y se empeñan en cerrar los ojos ante los problemas y calificándolos de coyunturales.

El gobierno ha elevado el déficit previsto para el ejercicio 2016 en la Seguridad Social desde un 0,3% del PIB a un 1,1%. Recordemos que en el ejercicio 2015 el déficit final se situó en el 1,26% del PIB frente al objetivo del 0,6%.

No obstante el objetivo de déficit del 1,1% es difícilmente alcanzable teniendo en cuenta que los ingresos por cotizaciones hasta mayo insinúan ya a las claras un desvío que superará los 16.000 millones cuando termine el año. Los errores cometidos por los distintos gobiernos a la hora de calcular los escenarios de ingresos tampoco son algo nuevo. Las previsiones de recaudación llevan incumpliéndose sistemáticamente desde el año 2009, cuando el desvío fue superior a los 7.000 millones y es habitual observar disposiciones del Fondo de Reserva de las Pensiones, el cual se ha reducido de forma alarmante durante el gobierno popular.

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La pregunta es: ¿Cumpliremos el objetivo de déficit revisado previsto del 3,6% para el año 2016?

Con respecto a la Seguridad Social, coincidiendo con las estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), es probable que déficit suponga entre el 1,5 y el 1,8% del PIB.

Las Comunidades Autónomas seguirán incumpliendo su objetivo de déficit y probablemente veremos un déficit en torno al 1% del PIB. Pensemos en que Comunidades como Cataluña, Valencia, Murcia y Extremadura superaron el 2% en el ejercicio 2015 frente al objetivo del 0,7%.

Las Corporaciones locales, que el año 2015 obtuvieron un superávit del 0,44%, no parece que se intuyan problemas para alcanzar el equilibrio presupuestario previsto para este año.

Con respecto a la Administración Central, el objetivo de déficit para el año 2016 se sitúa en el 1,8% del PIB frente al 2,68% registrado en 2015. El crecimiento del PIB, incluso superior al previsto para la revisión de los objetivos de déficit, junto con el impacto de las medidas en que se concretarán las recomendaciones de la Comisión Europea como consecuencia de nuestro reiterado incumplimiento de los déficits, deberían implicar una reducción significativa del déficit de la Administración Central para situarlo en niveles por debajo del 1,5%.

Esta es mi opinión

 

Pablo Sáez Alonso-Muñumer

Vicesecretario del Consejo Político de VOX

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