Vaya
por delante que estoy completamente de acuerdo que algunos servicios pueden ser
mejor administrados o atendidos desde la cercanía y por ello, la búsqueda de la eficiencia en el funcionamiento del Estado supone la necesidad
de articular una racional descentralización administrativa. El error consiste en
vincular una descentralización eficiente con la fragmentación política, y eso es lo que ha
ocurrido en la España de las autonomías.
La
descentralización política y la creación del Estado Autonómico nunca fue una
prioridad de los españoles. Fue una bienintencionada idea de los políticos de la
transición española para intentar integrar a grupúsculos nacionalistas,
sobrevalorados entonces en cuanto a su influencia y absolutamente radicales en sus aspiraciones independentistas actualmente (algo se habrá
hecho mal).
Piénsalo
fríamente….
¿Para qué sirven
las Comunidades Autónomas?
Social y
culturalmente
- - Para
fomentar la división entre los españoles
- - Para
avivar sentimientos nacionalistas frente a un patriotismo integrador
- - Para
impedir que se pueda estudiar en español en cualquier parte del territorio
nacional
- - Para
que en numerosas administraciones públicas prime conocer la lengua propia sobre
los conocimientos y la experiencia profesional
- - Para
promover una educación basada en los hechos
diferenciales en lugar fomentar lo que compartimos y nos une.
- - Para
sembrar la cultura de agravios comparativos mermando el principio de la solidaridad
- - Para
marginar a los ciudadanos que
piensan diferente provocando, en muchos casos, que abandonen el territorio.
- - Para
empobrecer culturalmente una
sociedad al perseguir la disidencia y no promover el debate
- - Para
ofrecer servicios sanitarios diferentes a los españoles según donde residan.
Económicamente
- - Para
subvencionar a los medios de
comunicación afines y marginar a los independientes.
- - Para
multiplicar el número de entes y empresas públicas.
- - Para
alcanzar una hiperinflación de normativas (existen más de 65.000 leyes
autonómicas).
- - Para
derrochar miles de millones de todos
los años en gasto improductivo para los españoles sin consecuencias para los
políticos
-
Para
subir los impuestos y el
endeudamiento de los españoles con objeto de mantener un estado
sobredimensionado e ineficaz
- - Para
mantener impuestos diferentes en función del lugar donde vivan.
- - Para
poner el riesgo la unidad del mercado interior.
- - Para
fomentar la proliferación de
infraestructuras sin sentido
- - Para
avivar el número de asesores y contratados externos.
- - Para
dificultar la elaboración de una política presupuestaria eficiente y
responsable.
- - Para
desaprovechar sinergias que se
obtendrían centralizando ciertos servicios (centrales de compra, por ejemplo) que
reducirían el gasto público.
Políticamente
- - Para
colocar a políticos y amiguetes en
cargos de ninguna utilidad
- - Para
dificultar la administración de
justicia.
- - Para
añadir capas de burocracia a un sistema público ya ineficiente de por sí
-
Para
crear el caldo de cultivo para los mayores casos de corrupción de la historia de
España (Eres, Pujol, Gürtel, Púnica)
- - Para
mantener tensiones con el gobierno del Estado al ser constante el requerimiento
de cesión de competencias.
- - Para
fomentar la falta de lealtad institucional.
- - Para
dañar nuestra acción exterior
Para regenerar
España hay que implantar un "proyecto sugestivo de vida en común" que tenga como
principios básicos cohesionar la Nación, conseguir la eficiencia del Estado, mejorar la calidad de las instituciones,
garantizar la cercanía de la gestión pública e impulsar el crecimiento económico en beneficio de todos los
españoles, vivan donde vivan.
Esta
es mi opinión
Pablo
Sáez Alonso-Muñumer
Diputado de Vox
por Valladolid
Vicesecretario Nacional
del Consejo Político
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