sábado, 21 de julio de 2018

El PP. Un partido sin credibilidad


Credibilidad, término que procede del latín “credibilis”, hace referencia a la capacidad de ser creído. No está por tanto ligado al contenido del mensaje que se quiere transmitir, sino a los componentes objetivos que hacen que otras personas crean en dichos contenidos. La cualidad de ser creíble no se gana haciendo un Master ni es algo que se puede comprar, se encuentra principalmente ligada a la capacidad de generar confianza en los demás.

 

Es indudable que la política, como actividad pública, requiere que tanto nuestros representantes como los partidos políticos de los que forman parte, sean creíbles y actúen con honorabilidad. Pero ¿Es realmente esto lo que observamos en la política española?

 

Los partidos políticos deben ser creíbles y actuar con honorabilidad

 

La política, los políticos y los partidos políticos son, en la última encuesta del CIS, el tercer problema para los españoles. No es un hecho puntual, es una constante que se repite desde hace muchos años. Es por tanto un problema mucho más amplio que la falta de confianza en determinados políticos, es un problema de credibilidad de los partidos políticos, pieza básica en el funcionamiento de nuestro sistema democrático.

 

Es verdaderamente difícil engañar a ciudadanos informados sobre la credibilidad de un partido político, como es el Partido Popular, tan solo con declaraciones, olvidando tanto actuaciones pasadas como los hechos que vemos donde gobiernan. Pongamos una serie de ejemplos:

 

Se plantea corregir la excesiva intromisión del Estado en la vida pública y un Estado eficaz pero no se quiere revisar el Estado Autonómico, eliminar duplicidades entre administraciones ni reducir el número de cargos políticos.

 

Se habla de defender a la familia y vemos como en la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP con el apoyo de la nada ideológica que es Ciudadanos, se acepta una moral estatal por encima de la moral privada a través de la intromisión del estado en el ámbito de la familia. Como comenta Alicia Rubio, “el estado sustituye a los padres, protege a los menores de sus propios padres asumiendo funciones que no le corresponden apoderándose de los menores, con siempre ha sido en sueño de los regímenes totalitarios”. Mucho debe la dictadura de la ideología de género al PP.

 

Se promete que se respetará la libertad de elección por parte de los padres de la lengua vehicular en la enseñanza de sus hijos y nos encontramos con la realidad de Galicia, gobernada por el PP, en donde no se respeta ese derecho.

 

Se afirma que la defensa de la unidad de España es objetivo primordial del partido pero ni concreta como garantizarla ni ha demostrado una gestión eficaz para garantizar los derechos de quienes se sienten catalanes y españoles en Cataluña. No olvidemos, hablando de recuperar y volver a los orígenes, que el PP, cuando llegó al poder en el año 1996, no dudó en pactar con partidos independentistas y fue el artífice del traspaso de numerosas competencias a los gobiernos autonómicos.

 

Se afirma que todos los españoles deben tener los mismos derechos con independencia del lugar en que residan y vemos como profesionales no pueden trabajar en ciertas partes de España, existen diferencias en ayudas sociales en función de la Comunidad donde residas, las Comunidades Autónomas legislan aprobando normas y tributos propios, se acepta el privilegio del cupo vasco y así podríamos seguir enumerando ejemplos.

 

Se menciona la defensa de la vida cuando nada se ha hecho para derogar una legislación contraria al derecho a la vida ni tampoco para fomentar la protección del más débil.

 

Se repite que defenderán y defienden con firmeza sus ideas pero no hemos visto firmeza ni interés en derogar una Ley de Memoria Histórica sectaria y parcial que criminaliza opiniones y establece verdades oficiales.

 

No se engañen, la falta de credibilidad no está en el nombre de tal o cual político, sino en el mismo PP.

 

La certeza del abandono de la defensa de valores por parte del PP y el constatar que los partidos políticos priorizan su interés al interés de todos los españoles, nos llevó a muchos a implicarnos en política en un proyecto (ya una realidad ilusionante) como es Vox.

 

La seña de identidad de Vox, a diferencia de los partidos tradicionales, es que son los valores la base de su mensaje, propuestas y funcionamiento. No son algo que olvido y recuerdo en función de cálculos electorales o encuestas del CIS, son su esencia y razón de ser.

 

Esta es mi opinión

 

Pablo Sáez

Vicesecretario Nacional del Consejo Político de Vox

martes, 5 de junio de 2018

No hemos tenido "Buen Gobierno"



Estamos viviendo unos días de grandes cambios en la vida pública española. Primero triunfa la moción de censura contra el gobierno del Partido Popular (PP) y al poco tiempo asistimos a la marcha de Mariano Rajoy de la presidencia del PP.

Si me gustaría precisar antes que nada, que formo parte de la gran mayoría de los españoles a quienes nos preocupa que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) haya llegado al poder de la mano de quienes quieren destruir España y de quienes están en contra de la libertad individual y la propiedad privada. Formo parte también de esa mayoría de españoles que reclama elecciones cuanto antes para dar voz a todos los españoles.

Dicho lo cual y pese a la incertidumbre ante unas expectativas nada halagüeñas en cuanto a la gobernabilidad de España, no debemos dejar de hacer un análisis objetivo del periodo de seis años y medio de gobierno del PP. Gobierno que en su primera legislatura tuvo mayoría absoluta en el Parlamento así como el gobierno en numerosas autonomías e importantes ayuntamientos. Nos debemos preguntar lo siguiente:

¿Ha existido en España “Buen Gobierno” en estos últimos seis años y medio?

Respondamos a esta pregunta analizando alguno de los valores que un estudio realizado hace algunos años en el marco de la OCDE, marcaba como característicos de un “Buen Gobierno”.

Credibilidad
¿Han tenido credibilidad los gobiernos del PP?

Para responder a esta pregunta conviene recordar el primer Programa de Estabilidad realizado por el PP en 2012 a los pocos meses de llegar al Gobierno y tras conocer la situación real de las cuentas públicas de los gobiernos del PSOE. En él se estimaba lograr un superávit primario (antes del coste de los intereses de la deuda) en 2013 y lograr un déficit público del 1,1% del PIB en 2015. La realidad es que no se logró el superávit primario estimado (ahora se estima que se logrará en 2018) y que el déficit público se situó en el 5.23% del PIB.

Más reciente tenemos el caso de las rotundas afirmaciones del gobierno sobre la necesidad de aplicar el índice de revalorización del 0.25% a las pensiones (ahora ya olvidado) y la entrada en vigor del factor de sostenibilidad (ahora retrasado hasta 2023) como únicos camino para garantizar las pensiones futuras.

Transparencia
¿Han actuado con transparencia los gobiernos del PP?

La transparencia política es la obligación de los gobiernos de dar cuenta a los ciudadanos de todos sus actos, especialmente del uso del dinero público y prevenir así los casos de corrupción.

Creo que la falta de transparencia y de control del dinero público son temas que encontramos constantemente en los medios de comunicación y que está en boca de todos los españoles. Según las sucesivas encuestas del CIS, la corrupción y el fraude son, tras el paro, el segundo problema para los españoles, situándose la clase política en tercer lugar.

Responsabilidad
¿Han gobernado con responsabilidad los gobiernos del PP?

Responsabilidad en política significa gobernar conociendo las consecuencias sobre los ciudadanos de las decisiones tomadas.

Responsabilidad no es incrementar la deuda pública de España en 401 mil millones de euros desde el 2011 en lugar de haber desmantelado un estado autonómico caro e ineficiente. Recordemos que la deuda pública (PDE) en 2011 ascendía a 743 mil millones de euros (69,5% del PIB), mientras, en diciembre de 2017, había subido a 1.144 mil millones de € (98.3% del PIB).

Imagínense lo que ocurrirá con las cuentas públicas en caso de una subida de los tipos de interés. Recuerden que el coste de los gastos financieros en los PGE del 2018, en un escenario de tipos bajos de interés, asciende a más de 31.547 millones de euros.

Responsabilidad no es trasladar aumentos de impuestos a las generaciones futuras (que no es más que eso aumentar la deuda) en un contexto de envejecimiento de la población y de aumento de la esperanza de vida. Tengan en cuenta que de acuerdo a un estudio realizado por la Fundación Mapfre a finales del año pasado, en 2050 en España habrá 1.3 personas en edad de trabajar (entre 20 y 65 años) por cada jubilado frente a la ratio actual que se sitúa en 3.2 por cada jubilado. No acometer una reforma del sistema de pensiones en España, a la vista de los datos demográficos y de su déficit actual, es una grave irresponsabilidad.

Eficiencia
¿Ha sido eficiente la gestión del PP?

La eficiencia es la capacidad de hacer las cosas bien y para ello se necesita un sistema de decisiones y acciones que puedan garantizar el resultado final.

Eficiencia en la gestión de las cuentas públicas es tomar decisiones para reducir el apalancamiento y de esa forma, la vulnerabilidad de la economía ante posibles inestabilidades.  Pensemos en eficiencia cuando vemos que el sector privado ha reducido su endeudamiento en 468 mil millones de € mientras el sector público lo aumentaba en 401 mil millones de euros para el periodo 2011 a 2017.

Mientras la deuda pública ha crecido desde 2008 en 705 mil millones de euros, la deuda privada de empresas y familias se ha reducido en 576 mil millones de euros. 

¿Ha reducido su vulnerabilidad la economía española? Si analizamos el periodo 2011 a 2017 vemos como el sector privado ha reducido su endeudamiento en 468 mil millones de € mientras el sector público lo aumentaba en 401 mil millones de euros.

Más datos. Para el mismo periodo citado observamos como la deuda pública se ha incrementado en 401 mil millones de euros mientras el PIB lo ha hecho tan solo 94 mil millones de euros, lo que supone que por cada euro de PIB la deuda ha crecido 4.28€. Si lo trasladamos a datos per cápita, observamos un aumento del PIB per cápita de 2.100 € mientras la deuda per cápita creció 8.702 €.

Objetividad
¿Ha sido la objetividad característica de los gobiernos del PP?

La Objetividad es el valor de ver el mundo como es, y no como queremos que sea. Somos la envidia de Europa, el país que más crecemos, la referencia de la UE. ¿Se lo cree alguien?

Veamos unos datos:

Datos de crecimiento del PIB para el periodo 2011 a 2017: España 8.75%, por debajo de Alemania 20.73%, Francia 11.10%, Portugal 9.58%, zona euro 14.57% y UK 23.37% (a pesar del descenso de 2017). Superamos tan solo a Italia cuyo PIB creció el 4.88%.

Datos de la tasa de paro en abril 2018: España 15.9%, muy por encima de Alemania 3.4%, Francia 9.2%, Italia 11.2%, Portugal 7.4%, zona euro 8.5% o Reino Unido 4.2%.  El programa de estabilidad enviado al Consejo de Ministro de la UE menciona que llegaremos a un tasa de para del 11% en 2021.

Datos de la tasa de paro en menores de 25 años en diciembre 2017: España 36.3%, por encima de nuevo de Alemania 6.1%, Francia 22.3%, Italia 35.2%, Portugal 23.5%, UK 11.8%. 

Crecimiento del Salario medio: España 4%, por debajo de Italia 6.81%, Alemania 14.2%, Francia 8.69% y Portugal 11.01%.

Es un hecho que la economía española ha mejorado notablemente desde el año 2011 y que llevamos tres años de crecimiento importante del PIB, pero también lo es, que se ha desaprovechado este periodo para realizar una profunda reforma del Estado, reduciendo gastos superfluos y duplicados, que hubiese equilibrado las cuentas públicas y nos permitiera reducir el elevado nivel de deuda pública.

Es un hecho que la economía española ha mejorado notablemente desde el año 2011 y que algún mérito hay que dar al gobierno saliente. No obstante, si nuestra valoración se realiza en términos de credibilidad, transparencia, responsabilidad, eficiencia y objetividad, la conclusión de la gestión de los gobiernos del PP es un rotundo “suspenso”.

Esta es mi opinión

 
Pablo Sáez Alonso-Muñumer
Vicesecretario Nacional del Consejo Político de Vox