Observamos con asombro como el gobierno de España ignora el
papel jugado por los medios de comunicación públicos en Cataluña al servicio
del independentismo. El papel de TV3 y Catalunya Radio como medios de
propaganda y su indudable influencia a la hora de informar a los ciudadanos ha
sido (y es) clave para entender como ha calado y se ha extendido el sentimiento
separatista. Nadie con dos dedos de frente duda que, ante la convocatoria de
las próximas elecciones, es imprescindible
intervenir los medios públicos con objeto de garantizar la pluralidad
informativa y el respeto a la Ley. Por desgracia no parece ser esa la idea
del gobierno de España.
Las televisiones
autonómicas carecen de razón de ser tanto desde la óptica del pluralismo
informativo como de la rentabilidad económica y financiera. Se han convertido,
al igual que otras empresas públicas, en verdaderas agencias de colocación de
personas afines, garantizándose los partidos políticos líneas editoriales y
fidelidad absoluta a sus postulados.
Está fuera de toda lógica y de cualquier racionalidad
económico-financiera mantener unas televisiones que generan pérdidas crónicas y
que tan solo sobreviven gracias a las subvenciones recibidas de los gobiernos
autonómicos.
Veamos, en base a las cuentas anuales consolidadas de la
Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (en adelante CCMA) de los últimos
siete ejercicios, la racionalidad económico-financiera de mantener la
corporación audiovisual de Cataluña, comunidad que más gasta en mantener medios
propios de comunicación.
En el cuadro
siguiente podemos observar la evolución del resultado consolidado del ejercicio
y cuál sería el mismo descontando las aportaciones de la Generalidad
contabilizadas como subvenciones de explotación incorporadas al resultado de
ejercicio:
Estamos
hablando de una Corporación que, sin las aportaciones de la
Generalidad (1.915 millones de euros en los últimos 7 años), es completamente inviable. Recordemos que estas
subvenciones las pagamos todos los españoles.
¿Se imaginan donde estarían las televisiones privadas con
estos datos?
Es también
interesante observar el detalle de los fondos propios consolidados al cierre
del ejercicio 2016. En este detalle vemos unos resultados negativos
de ejercicio anteriores de más de 780 millones de euros. Siendo una cifra ya de por sí escandalosa, piensen
cual sería la misma si la CCMA no hubiera recibido las aportaciones de la
Generalidad vía subvenciones.
Curioso resulta
comprobar que el mastodonte televisivo catalán (consolidado) cuenta con una plantilla de 2.319
personas, cifra muy superior a la plantilla de Mediaset (1.266 empleados) o Atresmedia (1.800 empleados). Recordemos que, no como ocurre
con la televisión española, la CCMA puede tener ingresos publicitarios.
Vamos a ver a
continuación una comparativa de la cifra de negocios (principalmente ingresos
publicitarios) con la de gastos de personal en los últimos 7 años:
¿Alguien duda que no funciona como una verdadera agencia
de colocación una corporación donde los gastos de personal suponen 2,4 veces la
cifra de negocios?
¿No creen que estamos hablando de una plantilla
sobredimensionada? Pero
bueno, parece que a algunos se les debe permitir todo.
Hemos visto
para el ejercicio 2016 la cifra de negocios (67,5 millones de euros) y los
ingresos por las aportaciones de la Generalidad (237,6 millones de euros) en
cuadros anteriores. Veamos ahora la distribución de los ingresos consolidados
del mencionado ejercicio:
La
dependencia de las aportaciones de la Generalidad es bastante clara y explica
la falta de pluralidad que ha existido en los medios audiovisuales públicos
catalanes desde hace mucho tiempo.
La gestión del dinero de todos los españoles debe
guiarse por la búsqueda de la eficiencia en la asignación de los recursos con objeto de financiar servicios públicos esenciales, sin dejar de
lado la búsqueda de la racionalidad económico-financiera.
Esta indagación sobre una gestión diligente de los fondos
públicos conduce inexorablemente a solicitar el cierre o privatización de la
totalidad de los medios audiovisuales públicos autonómicos. Esta medida debería
comenzar, por urgencia y necesidad, por la televisión y radio autonómicas de
Cataluña.
Esta es mi opinión
Pablo Sáez Alonso-Muñumer
Vicesecretario del Consejo Político de Vox